La falta de estrategias sólidas para una segunda vida útil de las baterías de vehículos eléctricos conlleva elevados costes de disposición, riesgos de cumplimiento de la normativa y pérdida de oportunidades de ingresos para sus comercializadores. Además, genera repercusiones negativas en el objetivo global de la electrificación sostenible. La ineficacia de las opciones circulatorias hace que los minerales clave se eliminen en lugar de reutilizarse. Esto conduce a un aumento de la actividad minera y de las emisiones, la contaminación atmosférica, la contaminación del agua y la degradación del suelo asociadas a la fabricación de baterías, todo lo cual repercute con mayor gravedad en las comunidades situadas en la parte superior de la cadena de suministro en los lugares donde se lleva a cabo la extracción y en barreras de costo para los usuarios finales a nivel local. Respondemos al llamado urgente para desarrollar tecnologías que aprovechen adecuadamente el ciclo de vida completo de las baterías de iones de litio. Creemos en la energía, en todos sus ciclos de vida.